Cuadernos

Ensayo por la juventud (X)

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Capítulo 10: Este de Ucrania.

El 16 de septiembre del año 2000, el periodista ucraniano Georgiy Gongadze, fundador de Ukrayinska Pravda, periódico crítico con la corrupción y con las conductas poco éticas de políticos ucranianos, fue secuestrado y asesinado. El autor ideológico del asesinato es el ex presidente ucraniano Leonid Kuchma, del Partido de las Regiones, según revelaron las grabaciones de audio sacadas a la luz en el Escándalo Casete, por las que el 28 de noviembre del mismo año se dio inicio a un movimiento que devendría en la Revolución Naranja de 2004. Porque, durante el transcurso de estos cuatro años, lxs ucranianxs esperaron una transformación política y económica del país y, por el contrario, los resultados de las elecciones presidenciales fueron fraudulentos. El voto de la juventud ucraniana fue extremadamente importante porque desconfiaban de la élite y, en consecuencia, se vieron inducidos a movilizar el país demostrando así el creciente sentimiento de nacionalismo. Debido al fraude electoral a favor de Víktor Yanukóvich, del Partido de las Regiones, compañero de partido en quien Kuchma había concentrado su apoyo tras los escándalos públicos que protagonizó, la Corte Suprema decretó que debía llevarse a cabo una nueva votación y, en esta segunda ronda, Víktor Yanukóvich ganó con el 55% de los votos. Yulia Timoshenko, la Juana de Arco de la Revolución Naranja, pasó de ser la mujer de negocios exitosa en la industria del gas más rica de Ucrania a ser líder del partido Batkivshchyna y del Bloque Yulia Timoshenko. Antes de convertirse en primera ministra, fue considerada la aliada más significativa del líder de la oposición, Víktor Yúshchenko. El 20 de febrero de 2008, la ex Primer ministro Yulia Timoshenko se reunió con el Presidente Vladímir Putin para negociar un contrato de compra de gas a Rusia. El 18 de enero de 2009 se firmó el contrado, para el que la ex Primer ministro Yulia Timoshenko acababa de conseguir un descuento del 20% de precio que pedía Rusia. Sin embargo, el 3 de marzo de 2010 fue destituida de su cargo de primera ministra por el parlamento ucraniano, la Rada Suprema, acusada de abuso de autoridad en la firma del contrato de gas que, según la corte, era desventajoso para Ucrania. Y, por ello, el 11 de octubre de 2011 fue sentenciada a siete años de prisión. Timoshenko subrayó que el juicio era una venganza política del presidente Yanukóvich, con quien antes se había aliado, para intentar neutralizarla políticamente de cara a las elecciones parlamentarias de octubre de 2012. El 30 de marzo de 2012, la Unión Europea y Ucrania firmaron un acuerdo de asociación, que sería ratificado sólo si Ucrania resolvía dentro de sus fronteras la situación de deterioro que sufría su democracia y su imperio de la ley, incluyendo el encarcelamiento de Yulia Timoshenko y de Yuri Lutsenko, político que, al igual que Timoshenko, había sido encarcelado el 26 de diciembre de 2010 por malversación de fondos y abuso de poder. Para conseguir la ratificación del acuerdo de asociación, Víktor Yanukóvich instó a la Rada Suprema a aprobar leyes con las que Ucrania pudiese cumplir con los requisitos exigidos por la Unión Europea. Pero el 20 de noviembre de 2013, un decreto del Gobierno de Ucrania suspendió los preparativos para la firma del acuerdo de asociación, debido a sus relaciones con los países de la Comunidad de Estados Independientes, la organización supranacional de ex repúblicas soviéticas. La noche del 21, en la Plaza de la Independencia de Kiev, se formó la “Europlaza”, es decir, el Euromaidán, una nueva serie de protestas iniciadas por lxs estudiantes universitarixs descontentxs con la gestión del Partido de las Regiones. Enseguida se unió al movimiento por el Acuerdo de Asociación y el Acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea un conjunto heterogéneo de organizaciones sociales, la oposición política, incluido el grupo fascista e instigador de los disturbios Pravy Sektor, el partido parlamentario de extrema derecha Svoboda, las Iglesias ucranianas, como la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Kiev, con excepción de la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Moscú, representantes de minorías étnicas -rusos, tártaros de Crimea, judíos, georgianos, armenios- y ciudadanos de otros países como Polonia, Bielorrusia, Georgia y Rusia. Pero la población ucraniana estaba partida en dos, entre los que querían una asociación con Rusia y los que querían una asociación con la Unión Europea. En respuesta a esta falta de concreción, el 8 de diciembre, contrarios al acuerdo de Unión Aduanera Euroasiática con la Federación Rusa, los manifestantes derribaron la estatua de Lenin, por ser uno de los símbolos de la ocupación ruso-soviética, y exclamaron «¡Yanukóvich es el siguiente!». Para atacar y dispersar manifestaciones de la oposición, organizar provocaciones, atacar a periodistas y líderes opositores, el ex primer ministro por el Partido de las Regiones, Mikola Azárov, empleó a los rabiosos Titushki, formaciones ilegales ucranianas, de personal militar, policial, deportistas o elementos criminales, que se dedican a ocasionar disturbios y daños físicos en las manifestaciones, bajo los efectos del alcohol y las drogas, y hablando entre ellos sólo en ruso. En enero de 2014, la represión policial contra los grupos opositores se acrecentó, dejando casi un centenar de muertos. Y la radicalización del movimiento finalizó con la destitución de Yanukóvich por la Rada Suprema y el establecimiento de un gobierno interino a cargo de Oleksandr Turchínov.

Armados con cascos, chalecos y escudos antidisturbios, los manifestantes continuaron las protestas europeas continuaron durante enero de 2014. Estas desembocaron en disturbios que no fueron sino creciendo en intensidad incluso de noche, imposibilitando el desalojo. Para vetar el derecho de manifestación y protesta, el 16 de enero, la Rada ordenó penas contra los manifestantes, el bloqueo de edificios administrativos y la instalación de tiendas de campaña. Los manifestantes se opusieron a las nuevas leyes, rechazándolas en una escalada de violencia, hasta alcanzar el 22 de enero un registro de cinco muertos por primera vez desde su inicio. Con los cadáveres sobre la mesa, el primer ministro, Mykola Azárov, quien había contratado a los Titushki, se tomó en serio su cargo y ofreció su dimisión al presidente. Se formó una asamblea extraordinaria y la mayoría de los diputados del Parlamento acordó derogar las leyes de veto de manifestación. A pesar de ello, en el atardecer del 18 de febrero se produjo un repunte de la violencia y la policía intentó desalojar por la fuerza la Plaza de la Independencia, acabando con la vida de veinte y seis manifestantes y más de un centenar de heridos graves. En la noche del 19 de febrero, el Gobierno ucraniano y la oposición pactaron una tregua. Pero, tras seis horas en vigor, la tregua se rompió y volvieron a producirse disturbios, esta vez con armas de fuego. La mañana del día 20 se generó un clima pre guerra civil que se saldó con la muerte de 21 manifestantes. Por la tarde, el ministro del Interior, Vitali Zajárchenko, ordenó una operación antiterrorista a los agentes de policía, a quienes armó para el combate. Las fuentes médicas de la oposición aproximaron el número de muertos a un centenar. Este 20 de febrero fue el día más violento de los disturbios, y se lo nombró como el Jueves Negro. Este mismo día, tres ministros de Exteriores de la Unión Europea, Radosław Sikorski, de Polonia, Laurent Fabius de Francia y Frank-Walter Steinmeier de Alemania, se entrevistaron en Kiev con el presidnete Yanukóvich para tratar de desactivar la espiral de violencia. Tras la mediación de la Unión Europea, el 21 de febrero el gobierno ucraniano aprobó un acuerdo con la oposición en el que se frenaría la violencia, se formaría un gobierno de transición, se harían elecciones anticipadas y una reforma constitucional que haría volver a la Constitución de 2004. El 22 de febrero, los manifestantes opositores tomaron el control del país y ocuparon irregularmente las principales instituciones con sede en Kiev. E igualmente lo hizo la Rada Suprema, en ausencia de buena parte de sus miembros, por lo que Oleksandr Turchínov asumió la coordinación del Gobierno y la presidencia del Parlamento, haciendo caer así al gobierno de Víktor Yanukóvich. Se nombró entonces un nuevo gobierno provisional a cargo de Arseniy Yatsenyuk que Rusia no reconoció como autoridad legítima de Ucrania sino como un golpe de Estado, por lo que intervino militarmente en Crimea. El 5 de marzo se hizo pública una grabación entre la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, y el ministro de exteriores estonio, Urmas Paet, en la que Catherine Ashton afirmaba que se hacía cada vez más evidente que detrás de los francotiradores no estaba Víktor Yanukóvich sino alguien de la nueva coalición. Urmas Paet reconoció la autenticidad de la grabación. Actualmente disputada en términos políticos por Rusia y Ucrania, Crimea es una península del este de Europa, ubicada en la costa septentrional del mar Negro. Se localiza al sur del óblast ucraniano de Jersón, uniéndose a él por el istmo de Perekop, y al este del krai ruso de Krasnodar, separada de este por el estrecho de Kerch, y el mar de Azov. El Imperio Ruso conquistó la península en 1774 en la Guerra ruso-turca iniciada en 1768, y no la incorporó al Kanato de Crimea, para ser integrada en el Imperio en 1783. En la era soviética, la administración de la península pasó de la República Socialista Federativa Soviética de Rusia a la República Socialista Soviética de Ucrania y, tras la disolución de la Unión Soviética, permaneció en la Ucrania postsoviética, estableciéndose una república autónoma en la península, así como un régimen especial para la ciudad de Sebastopol, administrada directamente por el gobierno central ucraniano. Aprovechando la inestabilidad de Ucrania por su estado de crisis, con la intervención militar rusa en la península, Crimea se incorporó a Rusia como sujeto federal, la República de Crimea, mientras que Sebastopol lo hizo como una ciudad federal, tras un referéndum sobre su estatus político que, a excepción de Bielorrusia, no ha sido reconocido por la comunidad internacional. De esta forma, desde el 21 de marzo de 2014, la península conforma, desde la legalidad rusa, el distrito federal de Crimea.

Cineasta con siete largometrajes, casi una veintena de cortos e incontables participaciones en proyectos ajenos o/y colectivos a mis espaldas. Pintor que gusta en darse baños de color. Y escritor que preferiría ser ágrafo. Estoy preparándome para huir al margen del Estado, fuera del sistema. Me explico en "Dulce Leviatán": https://vimeo.com/user38204696/videos

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