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El Muerto: “Mis mandamientos son mandamientos de luz”

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Hace años que llegó a Tijuana. Tijuana, la ciudad a la que Manu Chao le puso los tres sambenitos (tequila, sexo and marihuana)… y algo de razón llevaba. Nadie sabe de dónde es ni él tampoco quiere decirlo. Nadie sabe cómo se llama realmente (y él tampoco quiere decirlo). Antes ‘malandro’ y ahora artista. Siempre rockero. El Muerto espera a la tumba en su ciudad de adopción, Tijuana, y cada día monta un show alucinante en el parque Teniente Guerrero. Antes de que la Vice o la MTV lo descubran (que lo harán), he aquí una charla con este cantautor underground poco dado a las entrevistas. Él mismo inicia la charla con “Usted me dice, muchacho…”.

No sé, si me quieres contar un poco de tu historia, ¿cómo nace un Muerto?

Pues por una rebeldía a Dios Padre que nunca me gustó cómo me hizo. Yo miraba a Elvis Prestley bien guapo y yo aquí bien malandro y me dio coraje… Me quité todo. Me rasuré cejas, me rasuré bigote y me puse el maquillaje y vámonos… Y ahora que lo hice así, pues me dio resultado. La policía ya no me molesta, no me detienen. La gente escucha mi música. Son caprichos del destino. ¿Qué más, Miguel? Usted me dice.

¿Hace cuánto de esa transformación?

Como un año y medio. Antes me la pasaba en la iglesia con los hermanos tocando coritos para Dios. Hasta que un día el pastor y yo nos peleamos porque hice Los Nuevos Mandamientos. Yo le dije: ¿sabes qué?, estos mandamientos de la Biblia están muy manejados y ya no dan resultado, hay que hacer unos nuevos… No, no, me dijo. Tú tienes al diablo adentro, mejor haz tu religión propia y Dios que te bendiga. Y ya. Me salí de la religión evangélica.

¿Y cuáles son esos diez mandamientos?

El primero es “puedes tener varias esposas, pero armonizadas”. Si los árabes pueden, ¿por qué el mexicano no? ¿O el americano? Además, así lo hacemos… Los mexicanos tenemos varias esposas pero por debajo del agua, escondidas. Entonces, dejémonos de hipocresías y vamos a oficializar las cosas. El segundo mandamiento es lo mismo. Que esté pareja la cosa. “Las mujeres pueden tener varios maridos, si así lo necesitan”. Porque yo he mirado que las mujeres son más frías, más tranquilas. Hay muchos Salomones pero Cleopatras no son tantas. El tercer mandamiento es “sé gay, sé lesbiana, sé lo que quieras… menos violador”. Esto de la sexualidad… yo siempre he creído que las mujeres tienen un hombre interno y los hombres una mujer. Nomás que en las escuelas o en la iglesia no nos dan alas, nos mochan las alas. Nos quieren enseñar que somos heterosexuales y para mí que el hombre y la mujer somos infinitos, no tenemos límites. No somos heterosexuales ni homosexuales, somos cosmosexuales. Lo podemos hacer con espíritus, lo podemos hacer con animales. En la Biblia viene un caso que los ángeles se enamoraron de las mujeres de la tierra y bajaron a mezclarse con ellas… Somos infinitos sexualmente hablando pero nos han tachado en las escuelas y la iglesia.

¿Y el cuarto?

El cuarto es: “sé adicto a lo que quieras, pero productivo”. Es decir, primero el deber y luego el placer. Ya trabajaste tu semana, ya te hiciste cargo de tu familia… pues tienes derecho a una copita, a un vino o a un toque de marihuana. Pues ya te lo ganaste. ¿Para qué satanizar lo que Dios manda a la tierra y que es para nuestro beneficio? El quinto es “cree en Jesucristo nada más”. Nada de biblias. Las biblias están alteradas por concilios, por sacerdotes. Es una herramienta para sacarle dinero a la gente. De la biblia yo me creo un diez por ciento. Me quedo sólo con Jesucristo. El apóstol Pablo me cae gordo, el apóstol Pedro es un payaso, el apóstol Santiago también… todos metieron muchos rollos en la Biblia. Yo me quedo con Cristo y eso le sugiero a la gente. Que se quiten de tantos monigotes y se queden con el Chacra. El mandamiento seis es “sé viril, sé digno”. Este mundo es el real infierno. Si tu miras las encuestas, aquí en México el 70% de la población es pobre. Y el resto, más o menos ricos. La balanza está hacia la tristeza, hacia la pobreza. Hay más infierno en esta tierra que cielo en el cielo. Hay que ser dignos, no gente que no se enfrente a la vida. Hay que ser viriles. Si ya nos tocó estar aquí, tenemos que portarnos como los hombres, no como los payasos.

¿Qué hay del séptimo?

El séptimo sería “maldice a los malos políticos, maldice a malos sacerdotes, maldice a malos pastores”. Que les caiga la sal y que se la caguen por abusar de los pueblos. También los malos funcionarios, los falsos guías. Que les caiga la maldición. Y aquellos que son buenos pues luz verde. Mis respetos. El octavo es “mayoría de edad a los 12 años”. Lo de los 18 años es una fábula. Jesucristo a los doce años ya le daba clases a los rabinos y yo a los 10 años ya engañaba a mis abuelos. Si tú ves los niños de la calle en Ciudad de México, a los 11 años ya están bien truchas, no se andan con chiquitas. Dejémonos ya de bebitos y bebitas. Entérate en qué mundo estás y ponte trucha. No se vive de puras ilusiones, tienes que ser realista, y el mundo está difícil. Hay que ser adultos cuanto más pronto, mejor. Para que te defiendas de la vida. Eso de los 18 años se lo inventó el gobierno para que no nos casáramos con quinceañeras. ¿En qué mandamiento me quedé? Ya no me acuerdo…

Vamos por el noveno.

“Sí matarás”. Claro que matarás. Hace falta que las personas, que el ciudadano se defienda de los malandros, de los asesinos. Sí matarás, sólo a abusivos. Nunca a un justo. Si matas a un justo, la cagaste. Te salas. Pero si matas a un asesino, a un abusivo, Dios te eleva, te hace una persona superior.

Terminemos pues con el décimo, ¿no?

El décimo es “vive como quieras”. O como puedas. Pero a inocentes no hieras. Y hace poco hice el onceavo que es: “haz tus propios mandamientos”. De luz. Y de justicia. Si hay reglas que ya no dan resultado, haz nuevos mandamientos. ¡No vamos a estar dependiendo siempre de reglas hechas hace milenios! Ni siquiera estábamos allí para votarlas, para discutir. Estamos en el 2013, no se puede obligar a nadie a acatar algo tan antiguo. Y es eso, si algo no funciona, haz tus reglas de luz. Y de justicia. Hacer nuevos mandamientos pero no para abusar del débil o del ignorante. Porque hay demonios que están haciendo eso: mandamientos de oscuridad. Pero hay que ser de la raza de luz. Aunque mi apariencia sea de diablo, le quiero dar una cucharada de su sopa a Satanás. Si Satanás se viste de sacerdote y de pastor para atacar a la luz, yo me visto de diablo para atacar a la oscuridad. Ese es parte de mi rollo. Y de mis traumas.

*El Muerto no entiende de Internet. Para verlo: todos los días de 12 a 16 horas en el Parque Teniente Guerrero, Tijuana.

Miguel Blasco Marqués (Valencia, 1988). Lector ácrata e impenitente, cineasta jubilado, perfeccionista en las paellas, eterno diletante, fanático de los tacos mexicanos y de las tertulias que no conducen a nada. Trabaja como editor en Ediciones Contrabando.

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