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Enrique Rubio: “No soy más que un miserable con ansias de poder y reconocimiento”

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Casi nada de lo que escribe (o dice) Enrique Rubio es ‘bonito’, ni agradable, ni mucho menos acorde con los cánones que impone la Gestapo de lo políticamente correcto, pero el día en que todas las voces como la suya sean silenciadas por fin el ser humano se habrá convertido en la máquina indolente y asertiva que seguro se pasea noche tras noche por los sueños húmedos de quien sea que maneje los hilos de este cotarro llamado mundo. Algo de eso había en su primera novela, Tengo una pistola, donde, desde la intriga y la fantasía, reflexionaba sobre la debacle emocional contemporánea, y su Tania con i era la portadora definitiva de la antorcha del borreguismo y las tendencias alienantes. Ahora, mientras prepara su tercer asalto literario, pone en las estanterías Me arrepiento del mañana, el primer “libro-botella”, un combinado altamente tóxico de los mejores textos que ha parido para su blog y en los que, como es de esperar, no deja títere con cabeza. Quizá no haga muchos amigos el Señor Rubio, pero a juzgar por lo rápido que ha volado la primera edición de este grandes éxitos del ‘cagarse en todo’ sí que deja a su paso un buen reguero de lectores satisfechos. Y es que odiar también es amar. 

En su primera novela no dejaba muy bien parados a los adictos a la red. Después arremetió contra el universo ‘indie’ en ‘Tania con i’. Se juega usted los cuartos con lobbys peligrosos… ¿Es que quiere morir joven?

La dictadura del lobby progre, indie y esnob es mucho más peligrosa que Internet, que es algo etéreo, desperdigado y sin un poder central claro que la dirija (de momento). La vida es tan corta que no hay gran cosa que perder.

Uno de sus deportes favoritos es cabrear un poco al personal en las redes sociales con sus artículos incendiarios. ‘Me arrepiento del mañana’ es una recopilación de muchos de esos artículos… ¿Ha incluido una advertencia de esas de “No consumir en caso de estados carenciales de sentido del humor”?

Pues no, pero tomo nota. Te cojo la frase para la promo, si no te importa. En realidad soy una ONG. Soy el rascador donde puedes deflagrar tu rabia acumulada. Las cabezas de la gente son como cabezas de cerillas que ansían encenderse. La carga explosiva está en vuestros cerebros, yo no tengo la culpa. Sois todos unos terroristas. De todos modos, ¿y si te dijera que mis artículos los escribo con la más severa contención y el más disciplinado comedimiento? Me han salido varias úlceras debido a mi autocensura. Si escribiera lo primero que se me pasa por la cabeza, estaría muerto o en la cárcel… Por cierto, detesto llamarlos ‘artículos’, porque en realidad, no tienen género concreto y ‘artículo’ me suena a columna de opinión de Almudena Grandes o Rosa Montero, y lo que yo escribo no tiene absolutamente nada que ver con eso. Además, algunos textos podrían considerarse relatos. Tampoco es una recopilación. La idea del libro surgió hace mucho tiempo, cuando empecé a escribir esos textos cortos. Primero surgió la idea del libro y luego fui sacando algunos textos en el blog para darlo a conocer. Ya contaré la historia más detenidamente en un artículo próximo. Yo los llamo ‘rubianadas’. Creo que ‘Me arrepiento del mañana’ es mi libro más auténtico y el qué exprime al máximo mi humor negro, sin necesidad de artificios propios de la novela, sin necesidad de urdir una trama con giros y evolución.

Ahora, además de ‘escritor 2.0’ es también un escritor ‘punk’. No sólo se ha autoeditado, es que incluso lo ha encuadernado a la antigua usanza…

Estaba harto de luchar con las editoriales a la hora de confeccionar las portadas (el diseño en las grandes editoriales es peor que malo) y quería experimentar con el diseño de un libro, de modo que contenido y forma fueran indisolubles y se reforzaran mutuamente. Fue entonces cuando contacté con Sublima Comunicación. Gracias a esta colaboración surgió la idea de un libro-botella que sólo pudiera venderse a través de internet y no fuera posible su publicación en una editorial. Los obstáculos para llevar a cabo la idea no fueron pocos. Sufrimos una auténtica odisea para encontrar los materiales adecuados e idear el proceso de fabricación. La encuadernación la ha llevado a cabo un encuadernador artesanal y es un auténtico lujo. La impresión ha sido digital con la más alta calidad. Y la confección de los cuadernillos (doblar un A3 dos veces e intercalarlo en otro) la he llevado a cabo yo mismo con mis propias manos, por lo que, más que una firma a bolígrafo, cada página de este libro tiene mis huellas dactilares. 

Usted y yo ya hemos hablado sobre el particular en alguna ocasión, pero, compartamos algunas de esas reflexiones con el mundo… ¿En el humor debe valer todo? Y cuando digo todo es todo…

Sí, debe valer todo. Yo jamás me he sentido herido por un chiste o comentario humorístico, aunque me tocara de lado. Cuando alguien se siente herido por un chiste, el problema está en la persona y no en el chiste. Para mí el humor es esencial para escribir y para vivir.

¿Cuál diría que es la diferencia entre escribir un artículo satíricamente machista o ser un machista de verdad? Quien dice machista dice homófobo, racista, anti-ecologista…

Para que alguien te llame machista te debe conocer en profundidad. Debe ver actitudes y conductas machistas en tu vida cotidiana. De todas formas, si te refieres al artículo ‘A los genes no les importa nuestra felicidad ni nuestra supervivencia’, te diré que no le veo el machismo por ningún lado, ni siquiera de forma satírica, y no entiendo por qué se montó tal pifostio en Twitter. Es una simple reflexión sobre informaciones científicas y sobre nuestra esclavitud del instinto. Hay artículos mucho más susceptibles de controversia que ese en el blog.

Iba a preguntarle si se sirve de la exageración para enfatizar lo ridículo de los personajes que retrata, pero después he pensado que no hay nadie más outsider y empeñado en ir a contracorriente en los sanfermines que Enrique Rubio. Admítalo, usted tiene más de aquella Tania Moreno de ‘Tania con i’ de lo que muchos piensan…

Para mí cualquier arte debe exagerar y distorsionar. El arte que pretenda reproducir la realidad tal cual, no me interesa. Pero me has dado en el blanco. Puede que tenga cosas en común con Tania y por eso me odie tanto a mí mismo. A todos nos gusta sentirnos diferentes, especiales y algo rebeldes, pero también doy opiniones polémicas porque es lo que realmente veo, es mi verdad. No hay nada de falso en lo que escribo. Pienso todo lo que digo. Soy demasiado sincero, ese es mi gran problema. Aunque tal vez el tono bronco y agresivo obedezca al deseo de sentirme superior. Nada responde a una sola causa en la mente humana.

Porque, ¿qué le gusta más a Enrique con i? ¿Sentirse diferente, especial, o tocar los cojones?

Las tres cosas, pero además, dar mi punto de vista sin filtros. Me motiva mucho intentar llegar a la verdad, aunque resulte desagradable o socialmente incorrecta. Y si no existe la verdad, me motiva ver las cosas desde puntos de vista no transitados.

Y sin embargo los protagonistas de sus libros, muy en el fondo, matarían por una aceptación social masiva. Querrían ser dioses, presumo. ¿Es eso? ¿Sólo se sentirían a gusto en un mundo que pudieran tiranizar?

Tal vez mi inercia a ir contracorriente se deba a mis nulas habilidades sociales, a mi nula elocuencia y mi nulo poder de seducción social en persona. Quizá, si fuera extrovertido y tuviera don de gentes, sería un individuo integrado y servil como Dios manda.

Un “eterno estudiante de Psicología” que en sus novelas deja al gremio como a una panda de inútiles y trileros. ¿Es de los que no cree en la terapia? Como futurible psicólogo, ¿qué le diría a aquel Cascaradenuez de su primera novela que se negaba a abandonar su burbuja de cemento?

Con 35 años, ya no tiene sentido hablar de “futurible psicólogo”. Si no lo he sido ya, no creo que lo sea. Me gusta la psicología y la ciencia en general pero nunca he tenido el más mínimo interés por ser psicólogo. No creo en la psicología clínica; son muy pocas las cosas que se pueden solucionar con una terapia. Quizá a un niño se le pueda ayudar, pues su cerebro todavía es moldeable, pero un adulto que va a una terapia, no tiene solución en la mayoría de los casos. Y a esto hay que sumar que  8 de cada 10 psicólogos  son unos auténticos incompetentes.

Woody Allen lleva más de 50 años encarnando a un gafotas depresivo y lleno de angustias existenciales, pero en realidad es un tipo que vive como Dios en Manhattan con la hijastra de su ex-mujer. ¿Hay que desconfiar de los que se autoflagelan tanto en público? ¿Hay que desconfiar de usted?

(Risas) Mierda, ya me has descubierto el truco. En realidad, eso de ponerte a parir a ti mismo es una artimaña para tener la legitimidad e impunidad de poner a parir al resto del mundo. Así nadie te puede desacreditar con el típico argumento “y tú qué, ¿eres mejor que los demás?”.

Si en ‘Tengo una pistola’ las referencias a la red de redes, los videojuegos o el porno online eran co-protagonistas, en ‘Tania con i’ tampoco se lo ponía fácil a los mayores de 40 con conceptos como ‘trendy’, el mencionado ‘indie’, flamenco-fusión, piercing… ¿Se da cuenta de que probablemente sea ese sector de la población, de 40 en adelante, el único que sabe para qué sirve un libro?

Te puedes hacer una idea más o menos de a qué se refieren esas palabras sin necesidad de conocerlas. No son importantes para seguir la trama. Creo que tanto ‘Tengo una pistola’ como ‘Tania con i’ se leen con extrema facilidad. Escribo para gente como yo: lectores perezosos con mentes inquietas.

¿Hay ya una generación de escritores que no escriben para ser publicados en papel?

Todo el mundo escribe para publicar libros en papel. Si no lo hacen es porque no tienen la oportunidad, la suerte o porque son malísimos escritores que nadie quiere publicar. El libro es el eterno anhelo de todo ser vivo ancestral: replicarse a sí mismo sin cooperación con el prójimo. Ni siquiera un hijo tiene tu nombre y tus dos apellidos. En el mejor de los casos, sólo tiene tu nombre y tu primer apellido, pero aun así, tu hijo no los lleva tatuados en la frente. Tu libro sí. Tu libro es mucho más importante que todos tus hijos y todos tus nietos juntos. Los libros viven mucho más tiempo que los niños.

Escritores que no usan papel… Eso es como si un puñado de quinceañeros montaran un grupo tocando con los instrumentos del Guitar Hero… ¿Es este el futuro que vendía Huxley?

El mundo literario y editorial español es más oscuro que cualquier historia de Huxley, pero no tiene nada que ver con el uso o no del papel o la forma de dar a conocer tu obra. Creo que la gran tragedia, especialmente en España, es que todo el mundo quiere ser escritor y nadie quiere leer. Cuando digo “ser escritor” me refiero a publicar libros, aunque odies la escritura. La gente quiere “haber escrito”, no “tener que escribir”. Yo disfruto plenamente del proceso. Si no, no hubiera llegado donde estoy.

Hace poco tuvo a bien redactar para esta casa una lista con los diez libros que más le han marcado. Si no recuerdo mal, no había nada anterior al siglo XX… ¿le tiene fobia a los clásicos?

Por regla general, cuando me he acercado a los clásicos, no me han gustado, de ahí mi fobia. Me pregunto a menudo por qué, pues no soy ningún modernete manierista, detesto también los libros ‘afterneopostmodernos’. Me pasa también en el cine; me gustan muy pocos clásicos. De hecho, sólo hay dos películas antiguas que me encantan: ‘Doce hombres sin piedad’ y ‘Un, dos, tres’. Tal vez no conecto con el lenguaje de épocas pasadas. En literatura, no me gusta la palabrería, la pedantería, el barroquismo o la complejidad gramatical. En general, me apasionan muchísimo algunos libros, aquellos que me dejan totalmente marcado, pero son muy pocos. Detesto leer cualquier cosa como entretenimiento. Para eso prefiero una película o un videojuego.

Para terminar, ¿se da usted cuenta de que, muy posiblemente, a Tania con i le encantaría esta publicación? ¿Quién debería reflexionar más sobre ello, usted o nosotros?

Recurriré a mi truco del almendruco: no soy más que un miserable más con ansias de poder y reconocimiento. Igual que todos vosotros. (Risas)

Traductor, periodista a regañadientes, copywriter. Quizás nos encontremos en Esquire, Vice, JotDown o en Miradas de Cine. Como me sobra el tiempo, edito Factory.

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