En papel

Don Winslow, cuando la novela negra indaga en los porqués

Por  | 

En una entrevista que el autor de estas líneas realizó a Andrés Barba hace ahora más de tres años y que se puede leer en esta misma revista, el escritor de novela corta y relatos dijo que los parámetros de lectura de la población han cambiado de forma notable en los últimos tiempos. Hoy, especificaba, sería “impensable” una novela como Moby Dick, en la cual los miembros de la expedición tardan doscientas páginas en embarcar y adentrarse en el meollo de la trama.

Barba señalaba entonces que la novela corta tiene todas las virtudes de la novela convencional y ninguno de sus defectos. Para él uno de los principales defectos de la novela era precisamente la extensión. A priori puede parecer que casi 700 páginas para una novela negra como El cártel es un despropósito. En las pocas opiniones que he leído tanto sobre esta obra como, especialmente, sobre El poder del perro las escasísimas quejas vienen dadas precisamente por eso. Pero es que ese número de páginas está bien justificado si tenemos en cuenta que no es una novela policíaca al uso con una trama clásica que se limita a seguir un único hilo.

Winslow destacó en la presentación de El cártel, celebrada en las jornadas del festival de novela policíaca Getafe Negro el pasado mes de octubre (40’50’’-41’42’’) que “los editores de novela negra te dicen ‘solo puedes plantear dos preguntas: quién y cómo’. Quién es el asesino y cómo ha matado. Pero ahora yo creo que es más interesante remontarte a los escritos de El Lazarillo, Cervantes, Dickens, Shakespeare y plantearte el porqué y analizar temas mucho más grandes de la sociedad: por qué la gente asesina, por qué tenemos esa clase tan pobre económicamente hablando, por qué la gente vive en los márgenes de la sociedad, por qué se les margina y hacen lo que hacen”.

Buscar el porqué es buscar un contexto y eso requiere tiempo para indagar y espacio para explicar. En El cártel se superponen, entrelazan y solapan experiencias vitales, y el libro en sí es una suerte de matrioshka donde el thriller policíaco contiene a su vez novela histórica —o periodística, si se permite la etiqueta— , novela de espionaje —como variante de la novela negra— y novela política.

Para llevar su tarea a buen puerto, Winslow llevó a cabo una labor ingente de documentación buceando en las hemeretecas de los diarios en sus ediciones impresas y digitales, en blogs, en la bibliografía existente sobre el tema, se entrevistó con convictos en prisiones, según ha reconocido él mismo en distintas presentaciones, aunque no por ello se ha dedicado a saturar al lector ni a aumentar el peso de los ejemplares incluyendo notas al pie o citas bibliográficas. Ha realizado una labor propia de documentalistas, historiadores o periodistas para finalmente sacar a la luz el fruto de ese trabajo presentándose al público únicamente en su faceta de novelista.

Quizá las voces que siguen considerando a la novela negra como un género menor per se tengan la incómoda sensación de que El cártel trasciende los límites en los que se ha encasillado al género y a lo mejor quienes guardan su pasión por el mismo en secreto por miedo al «qué dirán» en su círculo más cultureta tengan cada vez menos reparo en ser vistos con un libro como este debajo del brazo.

El secreto para lograr esto tal vez se encuentre en la voracidad literaria de Winslow, ya que al leer y asimilar a los clásicos en la línea de los escritores de más altos vuelos, consiguió hallar referentes esenciales para escribir sobre lo que él llama la gente que vive “en los márgenes” de nuestra sociedad. Pasar varias décadas de su vida investigando como si El poder del perro y El cártel fueran dos tesis doctorales, le ha permitido lograr una profundidad en el relato que ha llevado a mucha gente en diversos actos a formular preguntas de carácter sociológico en torno a las drogas, la viabilidad de la legalización de estas, el papel del Estado en la lucha que emprende contra las mismas, etcétera.

En el libro encontramos afirmaciones lapidarias del narrador omnisciente que mueven más a levantar una ceja y a reflexionar que a soltar una carcajada y pensar que se trata de un caso más del atrevimiento que fomenta la ignorancia, quizá porque dan pistas de cómo se ha llegado hasta aquí y cómo enfrentar el problema: “La tan cacareada guerra contra el narcotráfico es una puerta giratoria: eliminas a uno y otro pasa a ocupar la cabecera de la mesa”; “El llamado ‘problema de la droga en México […]. Es el problema de la droga en Estados Unidos”; “La gente no dirige el cártel, es el cártel el que dirige a la gente”, casi nada.

 

Pasión por el periodismo, la comunicación y la edición. A mi faceta como redactor y a mi formación en community management se suma mi experiencia como corrector y lector editorial. Devoción por el mundo del libro en general y fascinación por la literatura rusa en particular, la cual estoy descubriendo desde hace poco tiempo.

Tienes que registrarte para comentar Login