En papel

Txus García: Una carcoma voraz

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Somos muchas las que insistimos en lo imprescindible de construir un imaginario simbólico nuevo, inscrito en un discurso que, lejos de invisibilizar el trabajo de las creadoras, lo defienda y lo potencie dinamitando desde abajo los cimientos de la normatividad heteropatriarcal.

Como autora, entiendo la poesía también como arma discursiva que, partiendo de la premisa de que lo personal es político, produce subjetividades y relecturas de cuerpos, reflejando identidades diversas y disidentes. A este respecto, el trabajo de Txus García es absolutamente necesario.

La conocí en Poesía para niñas bien. Tits is my bowl (Cangrejo Pistolero, 2011). Versos valientes y crudos, ilustrados por Cisco Bellabestia, que se quedaron conmigo como un amante habitual que comparte mesita de noche. Poesía que cala, que reivindica el derecho a Ser, que expone sin miramientos los adentros crudos de la autora para ofrecerlos al público. Poesía cuir, bollera, marica, social, crítica y transfeminista: poesía bella y virulenta:

¡Cuidado!
las locas somo todas y estamos cabreadas,
las locas te arañamos, te pegamos y escupimos,
te mostramos nuestros Queer-pos, te tocamos el falito,
te sobamos las ideas, rompemos tus esquemas

Un ejercicio de compromiso desde lo biográfico a lo universal que se convierte en tecnología de producción poética y que muestra la desnudez absoluta de la autora:

Lo tendrás que adivinar,
que soy
animal de ternura. 

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“La poética es un espejo, donde, borracha de vulgaridad, muestro lo que veo para que llegue rápidamente a la persona que me lee. Creo profundamente en la necesidad de acercar la poesía a la calle, a la fábrica, a la oficina, al bar y al instituto (…) Huyo de la poesía endomingada y de los cánones con versos incultos pero sinceros.”

Las afinidades se generan de formas distintas y sorprendentes y yo he ido de la mano de Txus en muchas ocasiones, a pesar de la distancia. La intervención conjunta que ambas llevamos a cabo con motivo de la última edicion de Lóbulo y Sentido (The Flesh Project, 2016) fue uno de los mejores trabajos colaborativos en los que he participado, que recuerdo. En estos enlaces se accede a dos de los visuales que Txus preparó combinando, imagen, voz y poética, para dicha intervención:

Las locas:

 

Animal de ternura:

 

El verso me vino de nalgas:

 

Txus es muchas distintas y muchos también, viajera consciente del camino que se marca pero sin miedo a las rutas secundarias. “Taróloga, rapsoda, terapeuta, animalista y formadora. Trabajo con las manos, la voz, el corazón y el espiritu para acompañarte en las Sendas de Oku” Así se presenta en su web Sendas de Oku donde hace sitio a la poesía, al activismo vegano, al Tarot y a cientos de cosas bellas e interesantes. En ese mismo blog, hace unos meses, encontré un inédito suyo, un poema redondo, exacto, de una sinceridad abrumadora. Hay en  esa voz exhausta que se reconstruye desde el conflicto, desde el auto conocimiento, desde la aceptación, un poco de tantas. Hay una profunda sabiduría, una exposición total de lo íntimo.

I 

Jairo, ahora ya sé que no vendrás.
Me lo han insinuado
los días contados con
tedio y fatiga,
estas manchas de vejez
en el dorso de las manos
y el olor
a muerte de mi propio flujo.
Y esta rabia al ver a los hijos de otras:
Mataría a sus crías por despecho, lo juro. 

No regresarás del Sheol, bello niño,
no podrás encarnarte aunque te dibuje
cientos de veces en la palma de la mano:
gitanito de largas pestañas,
tierno y quijote como yo.
Por eso ha llegado el momento
de confesarte cuánto te he querido
a pesar de que no me vivas,
de que te invente la sonrisa
para no morirme de tristeza, cada día. 

La falta es mía, que no soportaría estar
hinchada por ti, ser hembra preñada.
Y odio mi mente por este desacuerdo,
porque te he deseado cada día y
soy incapaz de venirte a buscar.
Mi cuerpo no puede albergarte,
y el de las demás ya estaba ocupado antes.

 II 

(hijo mio hijo mío hijo mío hijo mío)
Que no existes, que te acuno en el aire
que te amamanto con llantina
que no te he parido y aún así,
me ha roto el dolor de tu carencia,
contracción desgarradora de haberte
perdido sin encontrarte antes. 

Miro mi vientre redondo
y sólo veo grasas saturadas
y soledad:
nada es dulce y suave,
no hay pataditas ni
miradas cómplices,
no hay música clásica
que ponerte. Hijo mío.
No entiendo las maternidades diversas,
sólo siento desolación a demanda.
Nunca podré hablar desde el útero
porque es baldío y confuso como mi sexo. 

Jairo, quiero que perdones a tu madre.
He sido cobarde y ahora demasiado viejo.
Ya no vendrás y tenía la canastilla a punto,
la tejí sin saber, porque estas manos
no entienden de puericultura ancestral,
sólo de trillar barbechos ajenos.
Tu canastilla es de hojas y ramas y pelos
de animal. De mucha desesperación y almizcle.
No hay nana, sólo canto del cisne. 

Mejor que te hayas quedado allá,
quizá nos veamos en la próxima vida.
Total,
esta esterilidad es sólo cuestión de muerte.

(Hijo mío que no existes. Inédito. 2016).

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Con alguien como Txus, una entrevista al uso no funcionaría. Proyecta una energía buen rollista inmensa, Arte, ganas de vivir sin miedo. Yo le pedí un texto donde ella se dijera en este momento actual. Aquí está.

“Si a la niña que comía pan con membrillo viendo el Sabadabada le hubieran dicho que sería cuarentona algún día, seguramente habría buscado la palabra en el Vox y a continuación, se hubiera reído muchísimo. Con once o doce años, cuando imaginas queserásdemayor, jamás piensas en que te encontrarás con tanta decepción, amargura y cosas sin hacer. Yo me imaginaba con la vida resuelta a estos viejunos años, pero no. Me he despistado y ya es demasiado tarde. Se me ha comido el monstruo de la madurez y me he atravesado en su recto. Sí, es desagradable, como las veces que he roto y me han roto el corazón, y como las veces que he trabajado en precario, como la casa que me robó el banco, como la deuda que arrastraré de por vida, como la muerte, la enfermedad y la tristeza crónica. A muchxs de nuestra generación a menudo nos toca sentir nuestros cuerpos como una masa pesando en una cama, acumulando deseos y desdeseos como las pelusas que habitan debajo. Cierro los ojos y pienso muy fuerte. Sé que en alguna ocasión lograré que mi materia se descomponga para pasar por el agujero negro del tiempo. Maldita New Age que me ha hecho creer en los quanta. Pero por mucho que aprieto es imposible volver a la nana de mi madre. Pongo la música de esos días, pero no se me prefigura el túnel, el gusano melancólico en mi espacio vital, para volver.

Somos cobardes, preferimos seguir amamantando a la rutina y acumular mierda emocional y frustración bajo los muebles de Ikea, que reconocer que nuestra infancia no desembocaba aquí. Pero para eso está la ficción, a los amantes de las buenas historias nos alivia la tensión dolorosa ver en la pantalla o en el escenario como al menos otros seres consiguen, al fin, su felicidad. Es como hacerle una paja al corazón. Tras disfrutar con un argumento precioso e imaginar por un momento que somos las protagonistas, nos acabamos sintiendo sucias, vacías y estúpidas. Es peor que masturbarse pensando en tu ex, mucho peor, donde va usted a parar. Al menos en ese caso te llevas un orgasmo a la vida real, que con la paja sentimental sólo estás consiguiendo sentirte más patético y cobarde mientas la aburrida vida que ha conseguido tu mala decisión sigue imparable su carrera hacia el abismo del aburrimiento.”

(Introducción a “Vieja, marica y enferma”, de próxima aparición).

*Todas las imágenes cedidas por Txus García. 

 

Escritora y trabajadora social. Desarrolla el proyecto feminista Musas Disidentes y es colaboradora habitual en publicaciones de actualidad, radio y revistas culturales. Desde 2017 forma parte de Local, iniciativa crítica cultural de la asociación Laboca. Su último libro, Nudo de venas (Suburba Ediciones, 2018), recoge su producción poética más reciente.

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