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Esperanza Spalding: “Cuando canto quiero emocionar”

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El nombre de Esperanza Spalding comenzó a sonar con fuerza en España a raíz de la gira que el año pasado trajo a nuestro país a esta emergente cantante y contrabajista norteamericana. Con tan sólo dos grabaciones discográficas como líder, Esperanza se ha convertido en la figura de nuevo cuño con que el jazz nos regala de tanto en cuando. Una voz joven, fresca, que con su solvencia y desparpajo le aporta esa cara alegre al jazz.

Eres profesora, tocas el contrabajo, eres una cantante de éxito… ¿No te marea un poco mirar hacia atrás y ver que has llegado adonde estás con poco más de 23 años?

Bueno, si hablamos de metas personales, ¡aún estoy empezando! No tengo tiempo para estar pensando en lo que desde fuera pueda verse como mis “logros personales”. Para mí el logro definitivo será seguir haciendo buena música y creciendo como artista hasta el día que me muera.

¿Cómo es una clase normal con la Srt. Spalding, la profesora?

(Risas). Pues creo que mis clases no son fáciles, la verdad. Porque suelo estar ausente a menudo, por mis giras; así que mis alumnos han de ser muy diligentes. Eso quiere decir que a lo mejor les doy tareas para dos semanas, y depende de ellos ser o no aplicados, practicar, tener un horario… Como muchas de esas clases son privadas, cada una puede ser diferente. Lo que sí trato de enseñarles a todos es a valorar su forma de tocar y descubrir por sí mismos cuáles son sus puntos flacos. Mi filosofía consiste en preparar a los alumnos para una vida de estudio y autoaprendizaje; que sepan encajar las lecciones de una manera personal, que se encuentren a sí mismos como músicos.

¿Qué es lo que aspiras a transmitir al público cuando e subes a un escenario?

Quiero que se lo pasen bien y sean felices. Quiero que sus cerebros y sus almas salgan satisfechos, que disfruten.

De niña recibiste una educación que podríamos catalogar como no estándar. ¿Esa formación autodidacta te ha influenciado de alguna manera a la hora de componer?

Tal vez. Como nunca he sido alguien especialmente orientada al academicismo, tampoco he supuesto nunca que alguien conozca la mejor manera de dar forma a mis ideas. Muchas de mis composiciones son producto de horas y horas pasadas delante del piano, dándole vueltas y más vueltas a mis ideas y a mi sonido.

Hablando de composición, ¿cuáles son tus mayores influencias cuando te sientas a escribir una nueva pieza?

No sabría decirte. No quiero sonar como suenan otros, así que trato de pensar en aquellos compositores que eran valientes de verdad. Es esa valentía y su singularidad lo que más me inspira. Pero, si tuviera que nombrar a mis tres músicos favoritos, esos serían Stevie Wonder, Milton Nascimento y Wayne Shorter. Después vendrían Shostakovich, Prince y Minnie Ripperton.

¿Qué edad tiene el jazz? ¿Es algo que ha estado siempre ahí? ¿Qué crees que se necesita para acercar a la gente joven al jazz?

No se puede acercar a los músicos jóvenes al jazz. El reto está en atraer mentes jóvenes al jazz de otras décadas. El jazz y el blues están en casi todos los estilos de la música moderna. Cuando se enmarca dentro del contexto de la música pop puede ser el soul-jazz de Cannonball Adderly, las canciones de Digable Planet, la big band de Mos Def, la sección de vientos de Earth, Wind & Fire, las amonías de Stevie Wonder, los solos de Maceo Parker en la banda de Prince… en todas esas formas y en millones de formas más. La esencia del jazz sigue siendo atrayente para el público de hoy en día.. Y no sé exactamente qué edad tiene el jazz porque, como te digo, fluye desde (y hacia) cincuenta estilos diferentes.

¿Cuál sería tu mayor influencia como instrumentista? ¿Y como cantante?

Tampoco sabría decirte. Supongo que la mayor influencia es querer ser capaz de tener el mismo efecto sobre mi público que mis músicos favoritos tienen sobre mí. Cuando toco el bajo quiero que suene tan interesante como las líneas de bajo en las creaciones de Bach, o tan interesantes como las de Jaco(Pastorius). Cuando canto quiero emocionar a la gente de la misma forma en que Nina Simone solía hacerlo, quiero llegar al alma del oyente, como hacía Donny Hathaway. Cuando compongo algo quiero que después la gente se quede de piedra en sus asientos como cuando escuchan un solo de Wayne Shorter; quiero que se sientan tan llenos como me siento yo al escuchar una composición de Stevie Wonder, donde todo se mueve de una manera que jamás creí posible.

¿Dónde se hace el mejor jazz en la actualidad? ¿En Euopa? ¿En América?

¡JA! El jazz no tiene nacionalidad. Y existe en todos esos estilos de los que hemos hablado. Alguna gente en esta parte del mundo son más prolíficos o más avanzados dentro de un estilo concreto, y lo mismo pasa con cualquier otro estilo en cualquier otra parte del mundo. No existe eso de “mejor” o “peor” en el arte. Se trata de lo que sea mejor para el gusto de cada oyente.

Como mujer, podrás confirmar o negar lo siguiente:¿es el jazz un territorio machista?

No lo creo. A veces supone un verdadero reto aprender a valerte por ti misma en según qué situaciones, o saber cuándo relajarte y dar un paso atrás. Pero, sobre todo hoy en día, nadie espera que el jazz sea una forma de arte machista. Además, ¿qué significado tiene esa palabra dentro del contexto artístico?

Vivimos un mundo que está cambiando totalmente merced a las nuevas tecnologías y a internet. ¿Cómo crees que afectará esto a la música a corto plazo?

No tengo ni idea. Aunque cada innovación lleva a los artistas a buscar nuevas maneras de exponer sus creaciones. Así que habrá que mirar hacia adelante para ver que pasará con los artistas en medio de esta formidable era tecnológica.

¿De dónde vienen esos toques latinos que hay en tu música?

De escuchar y tocar much música influenciada por los sonidos hispanos o africanos de sitios que tienen una historia común.

Dinos el nombre de un músico con quien te gustaría tocar…

Con Donny Hathaway.

Jazz y cine. Necesito muy poco más. Quizás respirar.

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