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May Gañán: “Hago las cosas a muerte, como si no hubiera mañana”

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Y lo primero fue la palabra. En el caso de May Gañán, la palabra hablada, que subrayaba las imágenes de sus notables reportajes culturales para Telecinco, todo un oasis en el desierto. En ese cruce de caminos entre la palabra y la imagen es donde May, de forma colateral en sus años de más brío laboral –cuando ir y volver a la Berlinale era una constante- , ahora con la celeridad del tiro a flecha, ha ido forjándose una carrera artística. Dibujante, fotógrafa de instinto, diseñadora de complementos, e incluso escritora que juega al despiste. Con un blog que sirve de muestrario de su obra y tienda online, el pasado año publicó, vía Verkami, Impulsos, un libro que compagina las vertientes más presentes -que no únicas- de May, la visual y la escrita. Elaborado a dos manos junto a José María Mejorada, en breve, podremos leer, oler, ver, acariciar otra nueva obra de este tándem literario. 

Dibujas, escribes, diseñas, fotografías…eres una mujer renacentista. ¿Cómo afrontas cada disciplina?

Buff, te agradezco el elogio pero eso son palabras mayores… sí es cierto que nado en distintas aguas con el fin último de expresarme. Para decir cosas y volcarlas en imágenes que, a fin de cuentas, es lo que creo que hago con todo lo que cae en mis manos. Profesionalmente vengo del mundo de la tele donde he trabajado toda mi vida como periodista de informativos hasta hace un par de años. Eso te marca. Te hace ver la vida encuadrada y narrada a la misma velocidad que pasan las cosas. En la escritura, cada vez busco más el lenguaje conciso y directo. Preñado de sentido pero con las palabras justas. De una forma casi matemática, que funcione con la cadencia exacta y sin interludios. El lenguaje directo, que no evidente, es el que más me llega y también el que más me reta. Como diseñadora de joyería contemporánea, me fascina tener entre las manos un objeto o un material sabiendo que, en cuestión de horas, eso, va a transformarse en otra cosa por una visión que he tenido. Cada pieza que creo la visualizo siempre antes mentalmente, la dibujo y la traigo y la llevo en mi cabeza como una obsesión de la que no me desprendo hasta que cobra forma física. En el caso de la fotografía afronto cada disparo como un todo cerrado. Como esas líneas de las que te hablaba antes en la escritura. Me gusta buscar el punto virtual de contacto entre lo mundano y lo etéreo. Es en ese espacio casi imperceptible donde anida aquello que más me interesa, y de esa colisión, de donde sale la imagen con tensión y fuerza. 

¿Cómo fue escribir a dos manos el libro ‘Impulsos’?

Realmente fue una experiencia muy natural. José María Mejorada y yo somos amigos y colegas de profesión – él también es periodista- hace años y la idea surgió hace tiempo. Propiciamos el cruce de miradas desde el mismo momento que nos retamos a escribir, como en un juego, historias cortas sobre un tema común. Ese fue el origen de estos ‘Impulsos’. Aquel experimento, cobró todo el sentido a la hora de pensar en editar un libro de cuentos para adultos, en el que la libertad creativa fuera la premisa y el impulso, nuestra guía. Al principio nos pusimos a escribir y dibujar de forma aleatoria, sin acotar quién hacía qué. Simplemente uno tenía una idea y la escribía, y aquel a quien la historia le inspirase más de los dos, la dibujaba. Así fue como, de un modo tan atípico pero tan natural, nacieron estos “Impulsos”; un libro que podría haber sido un Frankenstein y que sin embargo resultó ser un fiel reflejo de aquel espíritu con que lo escribimos: un ejercicio absoluto de libertad, aprovechando que no teníamos un agente literario encima. Y, lo más curioso, es que los lectores no han sabido descubrir después quién se esconde detrás de cada texto ni de cada dibujo. Un misterio que nosotros también hemos alentado no dando información. Hay que mantener el misterio… 

La temática de los cuentos es de lo más variado. ¿Qué queríais expresar, cuál dirías que es el hilo conductor?

Una vez tuvimos material suficiente, empezamos a seleccionar. En esa fase fue cuando vimos claramente que, pese a su disparidad, en todos ellos se podía hablar de una constante: el amor y el desamor, el eje que va tejiendo y destejiendo las vidas de todos, hasta la de algunos animalillos que también protagonizan algunos de nuestros cuentos a modo de fábula contemporánea. 

Dado que llevas toda la vida trabajando de periodista, ¿es fácil compaginar el trabajo diario con tu vertiente más artística?

Ahora mismo estoy de freelance y  en esta nueva etapa estoy volcando mucho más de mi tiempo en mi faceta artística. Pero sí es cierto que en etapas anteriores en las que mi profesión de periodista se llevaba la mayor parte de mi tiempo, sacar adelante tantas inquietudes no siempre fue una tarea fácil. Pero nunca dejé de hacerlo. Muchas noches después de hacer un directo para el informativo de las nueve, o recién llegada de realizar un reportaje que me había llevado fuera de viaje durante varios días, llegaba a casa y me ponía a maquinar lo que ya en el avión o en el coche había venido pensando. Una idea para un diseño nuevo, un tema para hilar un cuento o unas fotos increíbles que había hecho en el viaje y que me pedían a gritos salir ya de la cámara a la pantalla. Muchos días me he quedado tardísimo volcando fotos para hacer un post en mi blog con ese frenesí del aquí ahora que conocemos tan bien los periodistas. Haciendo las cosas a muerte, como si no hubiera un mañana. Exprimiendo al máximo el limón del tiempo para hacer más flexibles las horas. 

Has recitado un poemario. ¿Puede que en el futuro utilices tu voz como herramienta artística, en plan spoken word, o libros digitales de poesía? En el sentido que posees una voz que cumple los requisitos para esos términos…

Me encantaría hacer algo así. Puse mi voz al poemario de Grela Bravo porque ella quiso que fuera yo la voz de sus versos. Hasta ese momento había puesto mi voz en muchos trabajos como periodista, pero era la primera vez que afrontaba la grabación de unos poemas. Y la experiencia ha sido muy buena. Tener el privilegio de poder dar vida a lo que ha escrito otra persona en sus momentos más íntimos, sacarle versatilidad a tu voz, jugar con ella en un registro tan alejado de aquel al que estaba acostumbrada y hacerlo con otro tempo e intensidad, ha sido un regalo. Sin duda repetiré esa y cualquier otra experiencia que surja en cuanto pueda. Es un lujo experimentar en distintos ámbitos con una herramienta tan personal como la voz. Descubres inflexiones de ti misma que desconocías. Es un universo a explorar. Interesantísimo.

Tu blog, MásQMay, es donde expresas todas esas vertientes artísticas. Como periodista, ¿qué crees que ha aportado, para bien y para mal, los blogs en la vida de las personas?

Creo que los blogs, como todas las herramientas que ha traído consigo la era tecnológica, han incidido en la democratización del acceso a la información. Es un salto espectacular el que se ha conseguido en algo más de una década. Antes, para saber de algo tenías que acudir a la prensa especializada, ahora hay foros sobre cualquier tema que busques y al alcance de la mano para cualquiera. La gente se intercambia información sin pedir nada a cambio, por formar parte de la comunidad. Crea páginas de los temas que le interesan y en torno a ese tema se crea un público fiel que a su vez hace circular el volumen de la información que ese sitio genera, de modo exponencial. Todo eso me parece un giro apasionante de las cosas. El emisor ya no está revestido de la “sacralidad” que antes se le atribuía a la prensa pero igualmente tiene que ganarse el respeto de su público haciéndolo de la mejor manera para que le sigan y el blog se mantenga. Eso es un cambio trascendental  que ha modificado también el modo de informar en los propios medios convencionales, que han tenido que bajar del palco vip desde el que antes veían las cosas, para moverse en la misma melé que los bloggers, en depende qué temas. Y eso es muy sano. Obliga a cuestionar todo, la manera de informar, el cómo y el qué. Por otro lado, está claro que no todos los blogs ofrecen información de calidad, ni propia ni fidedigna. Ahí es donde debe entrar en juego el interés del lector para desgranar el oro de la paja. Yo, a pesar de esto, creo que hay que celebrar la oportunidad que se nos da a todos de opinar y sobre todo, de que la comunicación sea a dos bandas. Con los blogs hemos recuperado el ágora griega en su versión 2.0. 

May, según tengo entendido, proviene del hebreo. Es un nombre extraño en este país. ¿Qué significa y qué ha significado para tu vida? Ya sabes que los nombres no corrientes acarrean diferentes respuestas.

Realmente no sé si proviene del árabe o del hebreo pero, en cualquier caso, el mío no creo que venga de ahí… Habría que preguntarle a mi madre qué fue lo que la iluminó para decidir que me llamaría así… Yo la verdad, en esto no tuve nada que ver pero… le estoy profundamente agradecida. Es algo con lo que creces y resulta de lo más natural. Es cierto que al paso del tiempo descubres que es un nombre que no se olvida, permanece y me encanta que sea tan corto y tan intenso como son las palabras que a mí más me gustan. Es bonito que mi madre pensara en llamarme así, en “marcarme” en positivo de este modo, y es muy bonito que me identifique tanto con esas tres letras que se dicen en una sola sílaba. Un poderoso concentrado que, en italiano (aunque con “i” latina) significa “nunca” y en inglés alude al mes más vital del calendario, el mes de mayo.

_sigue a May en su blog MasQMay

De Nowhere, Oklahoma. Nadie sabe más de Freddie Mercury que él. Trabaja para Rockzone, This is Rock y Esquire.

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